Guatemala presenta condiciones agroecológicas ideales para la producción de cacao, con al menos el 15% de su territorio cultivable siendo apto para este cultivo. A pesar de ello, el cacao guatemalteco es producido principalmente por pequeños productores indígenas y campesinos en zonas remotas, donde las infraestructuras de comunicación son deficientes.
El cacao, originario de América del Sur y domesticado en Mesoamérica por civilizaciones como los Toltecas, Aztecas y Mayas, es valorado desde hace siglos. Este cultivo requiere de climas ecuatoriales, con abundantes precipitaciones y temperaturas estables entre 25 y 28 grados centígrados, para alcanzar su máxima producción entre los 5 y 7 años de edad. El fruto del cacao, de variados colores según la especie, contiene semillas que, una vez fermentadas y secas, son la base del chocolate.
Existen tres principales tipos de cacao: el Criollo, originario de América y cultivado principalmente en México, Guatemala, Honduras, Venezuela y Colombia; el Forastero, predominante en la Amazonía y en regiones de África y el sudeste asiático; y el Trinitario, un híbrido de los dos anteriores, cultivado en diversas regiones tropicales. La introducción del cacao a Europa se dio tras la conquista de México por los españoles en 1519, quienes observaron su uso por parte de los indígenas.
Los cacaos finos de aroma, utilizados en la producción de chocolate gourmet, provienen en su mayoría de árboles Criollo o Trinitario y requieren de procesos poscosecha específicos para cumplir con estándares de calidad. Guatemala, junto con otros países centroamericanos, es reconocida por la ICCO como productor de cacao fino de aroma. Sin embargo, los pequeños productores enfrentan desafíos para mantener la uniformidad genética y la calidad de fermentación requerida por el mercado gourmet.
Este manual propone el manejo de plantaciones de cacao bajo "Buenas Prácticas Agrícolas", abarcando desde la selección de plantas hasta el manejo integrado de plagas, con el objetivo de mejorar la calidad y productividad del cacao guatemalteco. Se enfatiza la importancia de no mezclar granos de diferentes variedades para preservar el sabor distintivo del cacao fino de aroma, recomendando a los productores enfocarse en micronichos de mercado. La información contenida busca apoyar a todos los actores involucrados en la cadena de producción de cacao, desde el cultivo hasta la comercialización.