Buenas prácticas de embalaje de grano de cacao

Utiliza materiales de embalaje de alta calidad que sean resistentes a la humedad, la luz y los olores. Los sacos de yute o polipropileno son opciones comunes para el embalaje de grano de cacao debido a su durabilidad y capacidad para permitir la ventilación.

Asegúrate de que los sacos de embalaje estén limpios y desinfectados antes de llenarlos con el grano de cacao. Esto ayuda a prevenir la contaminación microbiológica y a mantener la calidad del cacao.

Asegúrate de que los sacos estén sellados herméticamente para evitar la entrada de humedad, insectos y otros contaminantes. Esto puede lograrse mediante la utilización de máquinas de sellado o la costura manual con hilo de nylon resistente.

Etiqueta cada saco de manera clara y precisa con información importante como el origen del cacao, la fecha de cosecha, el peso neto y cualquier otro detalle relevante. Esto facilita la identificación y el seguimiento del cacao a lo largo de la cadena de suministro.

Manipula los sacos de cacao con cuidado para evitar daños en los granos y en el embalaje durante el transporte y el almacenamiento. Evita dejar los sacos en el suelo y utiliza equipos adecuados, como montacargas o carretillas elevadoras, para manipularlos.

Almacena los sacos de cacao en un lugar fresco, seco y bien ventilado para preservar su calidad. Evita la exposición directa a la luz solar y las fuentes de calor, ya que esto puede afectar negativamente el sabor y la frescura del cacao.

Realiza inspecciones regulares de los sacos de cacao durante el almacenamiento para detectar signos de daño, contaminación o deterioro. Retira cualquier saco que presente problemas de calidad para evitar que afecte a los demás.