Este estudio, realizado en el marco del programa "Análisis de las cadenas de valor para el Desarrollo" (VCA4D) y financiado por la Comisión Europea, se enfoca en promover un desarrollo sostenible de la cadena de cacao en Nicaragua. Nicaragua contribuye significativamente a la producción de cacao en América Central, con un crecimiento anual del 18% y alcanzando 7,500 toneladas de cacao fermentado en 2020. A pesar de que el 68% del cacao producido se exporta, principalmente a Centroamérica, Europa y Norteamérica, la balanza comercial del país en este sector sigue siendo negativa, aunque mejora año tras año gracias a la dinámica de exportación.
El cacao en Nicaragua se cultiva principalmente en la Costa Atlántica y en el Centro Norte del país, con sistemas agroforestales y en asociación con otros cultivos. Los pequeños productores, organizados en cooperativas, juegan un papel crucial en el sector, que ha visto fortalecidas sus capacidades gracias a infraestructuras de post-cosecha. Sin embargo, el sector enfrenta desafíos en cuanto a la concentración de infraestructuras y servicios lejos de las principales zonas productoras.
El estudio diferencia tres productos principales en la cadena de cacao: cacao en baba, cacao rojo y cacao fermentado, siendo este último el principal producto de exportación. Se identifican tres tipos de cacao fermentado según su calidad y destino de mercado: cacao fino de aroma, cacao gourmet y cacao ordinario, con diversas posibilidades de certificación.
Los principales actores de la cadena incluyen a pequeños productores, cooperativas y empresas exportadoras, con más de 22,000 productores a nivel nacional, de los cuales 10,950 son comerciales. Este análisis busca entender la contribución de la cadena de cacao al crecimiento económico del país, su inclusividad y sostenibilidad desde perspectivas sociales y medioambientales.